sábado, 6 de abril de 2024

Reseña: El Nombre del Mundo es Bosque.


Publicada en 1972 y ganadora de un premio Hugo, El Nombre del Mundo es Bosque, es una novela corta que abarca una gran amplitud de temas, lo que demuestra la habilidad de Ursula K. Le Guin para abordar de manera profunda y compleja diferentes cuestiones en un espacio reducido. Cuando se publicó, Estados Unidos estaba atravesando una época de convulsión política y social. La guerra de Vietnam había desatado una ola de protestas y manifestaciones, y muchos estadounidenses estaban preocupados por el impacto que la tecnología y la industrialización estaban teniendo en el medio ambiente. En este contexto, Ursula K. Le Guin escribió "El Nombre del Mundo es Bosque" como una crítica a la explotación y la colonización de los recursos naturales y de las culturas indígenas. 


La novela se centra en un grupo de seres humanos que han colonizado un planeta llamado Athshe, cuya sociedad tranquila y que armoniza con el medio ambiente. Pero la llegada de los colonos humanos interfiere de manera bastante cruda en esta idílica y pacífica sociedad. Los humanos llegan con su tecnología a explotar de manera descontrolada los recursos naturales del planeta, llegando incluso a  esclavizar a los nativos, los Athsheanos, quienes tienen una profunda conexión espiritual con el bosque.


La novela presenta una crítica a la arrogancia humana y a la falta de respeto hacia el medio ambiente y las culturas indígenas. Le Guin se inspiró en parte en la historia de la colonización europea de América y en la explotación de los pueblos indígenas de América Latina y África.

Además, "El Nombre del Mundo es Bosque" es una reflexión sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza, y cómo esta relación puede ser destructiva o armoniosa. La novela plantea la idea de que la explotación de la naturaleza es, en última instancia, una forma de explotación de los seres humanos, y que solo a través del respeto y la armonía con el medio ambiente y con los demás seres vivos podemos lograr una sociedad justa y sostenible.

Por ello podemos decir que se trata de una obra que reflexiona profundamente sobre temas políticos, sociales y ambientales, y que se desarrolló en un momento en que la ciencia ficción estaba experimentando un cambio hacia una mayor reflexión sobre estos temas. Es una obra que sigue abarcando temas de gran relevancia y actualidad, siendo objeto de estudio y admiración por su sencillez,  profundidad y originalidad. 

Y donde cada personaje refleja los temas políticos, sociales y ambientales. Los personajes humanos representan la arrogancia, la explotación y la crueldad del colonialismo. Son seres humanos que no respetan ni comprenden la cultura de los nativos, y que ven el planeta Athshe como una fuente de recursos a explotar sin piedad. Los colonos liderados por el Comandante Davidson, con una personalidad autoritaria y violenta, ve a los Athsheanos como una especie inferior que debe ser controlada y esclavizada.

Por otro lado, los personajes Athsheanos representan la sabiduría, la armonía y la conexión espiritual con el medio ambiente. Son seres pacíficos y conscientes de la interdependencia entre los seres vivos y el bosque, y por lo tanto, tratan a la naturaleza con respeto y gratitud. Los Athsheanos tienen una profunda conexión con el bosque y su cultura se basa en la espiritualidad y en la comprensión de que todos los seres vivos están interconectados.

En la novela, el personaje principal es el Athsheano Selver, quien representa la resistencia y la lucha contra la opresión. Selver es esclavizado por los colonos humanos y es testigo de la crueldad y la violencia con la que los seres humanos tratan a su pueblo y al medio ambiente. Con el tiempo, Selver se da cuenta de que la única forma de proteger a su pueblo y al planeta es luchando contra los colonos humanos y liberándose de su dominación.

En resumen, los personajes en "El Nombre del Mundo es Bosque" reflejan las diferentes posturas que existen en torno a la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Los personajes humanos representan la explotación y la crueldad, mientras que los personajes Athsheanos representan la sabiduría y la conexión espiritual con el medio ambiente. Selver, el personaje principal, representa la lucha contra la opresión y la resistencia a la explotación.

Es curioso como una novela tan corta puede tratar un espectro tan amplio de temas como son la colonización, la explotación de los recursos naturales, la degradación del medio ambiente, la resistencia, la opresión y la lucha por la liberación. También se exploran temas más profundos como la conexión espiritual entre los seres vivos y el medio ambiente, la importancia de la cultura y la tradición, y la naturaleza de la violencia y la crueldad.

A pesar de la amplitud de temas que aborda, la novela mantiene una coherencia narrativa y temática que hace que cada elemento de la historia esté relacionado con los demás. De esta forma, la novela presenta una visión integrada y compleja de la relación entre los seres humanos y la naturaleza, y cómo esta relación puede ser destructiva o armoniosa.


La Mujer en El Nombre del Mundo es Bosque

Si bien no hay una gran carga de personajes femeninos en la obra Ursula K. Le Guin trata a las mujeres de manera interesante y desafiante. La novela tiene lugar en un mundo en el que las mujeres no tienen un papel importante en la sociedad, y su presencia en la historia es limitada.

En el mundo de Athshe, las mujeres son vistas como seres inferiores y se les asigna un papel secundario en la sociedad. Los colonos humanos se refieren a ellas como "chicas" y no les permiten participar en las decisiones importantes. Los Athsheanos también tienen una sociedad patriarcal en la que las mujeres no tienen un papel importante.

Sin embargo, a pesar de su falta de presencia en la historia, la novela desafía las ideas convencionales sobre el papel de las mujeres en la sociedad. Por ejemplo, la esposa del Comandante Davidson, la única mujer blanca de la colonia, se presenta como una figura frágil y sin voz, pero su personaje es importante ya que representa la impotencia y la sumisión de las mujeres en un mundo controlado por hombres.

Por otro lado, la novela también presenta personajes femeninos fuertes y empoderados, como la sacerdotisa de la tribu de Athsheanos que tiene una gran influencia en la comunidad y juega un papel crucial en la resistencia contra los colonos humanos. También se menciona a una mujer Athsheano llamada Lyubov, que se convierte en un símbolo de la resistencia y la lucha por la liberación.

En resumen, aunque la novela puede parecer sexista en su representación de las mujeres, Ursula K. Le Guin desafía las ideas convencionales sobre el papel de las mujeres en la sociedad al presentar personajes femeninos fuertes y empoderados. La novela cuestiona la discriminación y el sexismo, y presenta una visión más compleja y desafiante de la relación entre los géneros.

jueves, 25 de agosto de 2022

Reseña: En las Montañas de la Locura.


Primeramente hay que decir que En Las Montañas de la Locura no es el mejor relato para iniciarse con Lovecraft, pero para los fans supone una de sus mejores obras. Fue escrita entre febrero y marzo de 1931, y rechazada por Weird Tales ese mismo año debido a la extensión de la novela. Sería finalmente publicada en 1936, cinco años después, en Astouding Stories. Forma parte de los "Mitos de Cthulhu". Desde entonces, ha sido reproducido en infinidad de formatos y colecciones. Hoy día se puede encontrar publicadas casi por cualquier editorial, sin embargo en nuestro idioma las más recomendables son las que vienen de la mano de Valdemar, quienes tienen la narrativa completa en dos volúmenes, o Minotauro quienes cuentan con varios formatos pasando por novela gráfica así como por ediciones ilustradas.


Es una novela impregnada de ese estilo único, sus tentaculares criaturas y su particular sugestión psicológica del terror tan "lovecraftiano". Un hombre temeroso, confinado en su casa la mayor parte de su vida, atrapado en un horror creado por él mismo, que murió joven, pero dejó un impacto duradero en el género de terror e incluso más allá de las restricciones de un género.


Escrita con carácter epistolar, se ambienta en las regiones árticas. Uno del los motivos por los que es tan apreciada para los fans es por lo mucho que cuenta sobre la mitología del autor, siendo uno de los que más detalla, al menos de una parte importante, de su amplio universo de innombrables criaturas. Sin embargo también es posible que se haga un poco dura de leer, más que nada porque tiene un exceso de paginado sobre datos que, a día de hoy, se ha demostrado que no son correctos y descripciones las cuales en algunos puntos nos pueden resultar un tanto repetitivas pero que resultan muy evocadoras. Este exceso y reiteración de contenido unido a la terminología de datación temporal de algunos términos obsoletos con el paso del tiempo (cuaternario, comachense, oligoceno, pleistoceno... ) hace que estas partes sean un tanto... sufridas para el lector.

Ilustracion de François Berenger


Sin embargo si es cierto que esta historia difiere bastante de ese gotisquismo, horror cósmico y la sensación de extrañeza a la que el autor nos tiene acostumbrados. Y es que en esta ocasión Lovecraft nos pone en la situación de un científico que narra las cosas de forma muy precisa, aportando gran cantidad de datos sobre la geología de la Antártida, de hechos astronómicos, lo cual otorga un toque muy realista y estudiado a la obra,  para, finalmente, ir entrando, poco a poco, en su aterradora mitología cósmica, aportando más datos y detalles sobre la misma.


La trama se centra en una expedición a la Antártida la cual no llegó a buen término, el narrador nos cuenta y detalla los eventos de primera mano, tal cual él mismo los vivió. El carácter epistolar por el cual el doctor William Dyer recuerda los hechos. Como en Dagon, Lovecraft usa su narrativa para remarcar un sentimiento de desesperanza, y de que no hay escapatoria posible al horror vivido, y el cuál sigue al acecho, así que, pese a haber sobrevivido físicamente al horror, este lo persigue y lo atormenta, siendo evocado constantemente, dejando un terror psicológico patente capaz de llevarnos a la locura. Lovecraft, acosa constantemente a sus personajes, con su ambientación tétrica, su gotiquismo y sus recreaciones en escenarios hostiles en los cuales todo está conectado con lo monstruoso y transciende a su monstruoso legendarium. En este sentido Lovecraft impregna las páginas de ese sentimiento general propio de su tiempo, así como de su descontento general hacia la sociedad. Y, sin embargo, a diferencia de en Dagon, donde la amenaza era puramente mental, Dyer y su equipo están atrapados en la Antártida, dónde la amenaza es física pues se enfrentan duras condiciones climatológicas así como a la posibilidad de terminar perdidos.


Sin embargo y pese a todo, ese exceso de paginado que mencionábamos antes, le da una consistencia muy veraz (siempre y cuando miremos este relato en el contexto histórico en el cual fue escrito) y refuerza cómo la locura y el horror de lo inexplicable puede atravesar y romper una mente científica y racional, como es la de Dyer y Danforth. Como conclusión puedo decir que habrá lectores, sobre todo los que hayan leído poco, o nada, de Lovecraft a los que una parte se les hará bola, pero que, tocando al final, los hechos se precipitan en una vorágine de sensaciones muy bien transmitidas al lector, aportando una fuente muy rica de datos sobre su legendarium, a fin de cuentas que la historia sea contada en primera persona, de principio a fin, con toda la correlación de acontecimiento y poniendo sobre la mesa unas premisas de sucesos y seres extraños crea una empatía entre lector y narrador, dejando una huella perdurable de ese horror en el lector. 


Aunque Lovecraft hace mención constantemente a autores, pensadores y artistas reales, lo mezcla con criaturas, obras y escritos de su invención; haciéndolo formar todo parte de su muy particular mitología y que, constantemente, en sus obras salen mencionados o desarrollados. Es el caso del Necronomicón, de Abdul Alhazred (al que siempre se refiere con el vocativo de el "árabe loco") de los manuscritos Pnakoticos y sobrenatural Tsathooggua.


“Tekeli-li! Tekeli-li"

jueves, 7 de julio de 2022

Horus, Señor de la Guerra (La Herejía de Horus I)

Es imposible empezar a hablar de esta extensa saga (que actualmente abarca 20 novelas escrita por diferentes autores) sin hablar primero del archiconocido Warhammer 40.000, juego de estrategia por turnos futurista, con miniaturas que representan a diferentes facciones (los leales defensores de la humanidad: la Guardia Imperial y los Marines Espaciales; alienígenas como los horripilantes Tiránidos o los místicos Eldar entre otros muchos).


El trasfondo del propio juego nos coloca en el cuadragésimo primer milenio. El Imperio de la Humanidad abarca la mayor parte de la galaxia conocida, un auténtico monstruo compuesto por cientos de miles de planetas habitados, pero se enfrenta a innumerables adversarios. Numerosas razas alienígenas desafían el dominio humano constantemente, y una amenaza más insidiosa, la corrupción del Caos se extiende como un tumor desatando toda clase de horrores de pesadilla inimaginables al tiempo que planta semillas de oscuridad en el corazón de los habitantes del Imperio.
           
Esta mezcla de ciencia ficción con elementos distópicos y lo sobrenatural, la magia y el enfrenamiento a poderes oscuros ha dado lugar a una amplia franquicia de videojuegos (Dawn of War) y novelas (Los Fantasmas de Gaunt, Ultramarines) basadas en este universo.

La saga de la Herejía de Horus nos remonta nada menos que unos diez mil años atrás, con un floreciente Imperio que está comenzando a expandir sus fronteras por toda la galaxia de forma imparable en la llamada "Gran Cruzada", gracias a la carismática figura del Emperador, que se considera a si mismo soberano de toda la raza humana. Para acometer esta increíble labor, el Emperador creo a unos guerreros modificados genéticamente con capacidades superiores a las de un humano estándar. Estos son los Adeptus Astartes, los Marines Espaciales. Cada legión de Adeptus Astartes es comandada por un Primarca, seres prodigiosos creados a partir de la misma sangre del Emperador, considerados por muchos como auténticos dioses entre los hombres.

Tras varios de siglos de conquistas y victorias gloriosas, el Emperador decide relegar el mando de la Gran Cruzada sobre Horus, su favorito entre los Primarcas, líder de la legión de los Lobos Lunares. Esta decisión provocará no pocas dudas entre el resto de los Primarcas. Algunos de ellos ponen directamente en cuestión la recién adquirida autoridad de Horus como nuevo Señor de la Guerra.

En este contexto da comienzo la primera de las novelas de la saga: Horus, Señor de la Guerra (Dan Abnett). Aunque Horus es indiscutiblemente el auténtico protagonista de esta primera parte, la mayor parte de la narración la seguiremos desde el punto de vista del capitán Garviel Loken. Tras el asesinato de uno de los capitanes más veteranos de la legión, Loken es invitado a ocupar su puesto en el Mournival, una especie de consejo interno privado donde sus cuatro integrantes pueden deliberar con el propio Horus al margen de la cadena de mando.

A través de varias campañas en diferentes escenarios de guerra conoceremos la relación que tienen los Lobos Lunares con los miembros de otras legiones como los Hijos del Emperador y los Ángeles Sangrientos y las dudas que siente Horus ante la magnitud de la colosal tarea que recae sobre sus hombros.

Un detalle interesante es la inclusión de puntos de vistas de civiles en una historia centrada especialmente en la acción y las batallas épicas, que nos permiten conocer mas detalles de la política del Imperio. Por un lado nos encontramos a los rememoradores, una selección de los mejores artistas del Imperio que acompañan a las fuerzas del Señor de la Guerra para dar fe con sus talentos de todos los acontecimientos de la Gran Cruzada. La relación entre los artistas y los militares es a menudo tensa dadas sus diferentes filosofías. Mención especial al rememorador Ignace Karkasy, un poeta inquieto ante la futilidad de la Gran Cruzada. Otro cuerpo de civiles que acompaña a la Cruzada son los iteradores, encargados de llevar la Verdad Imperial a los planetas conquistados.
           
Fruto de programas de colonización de épocas pasadas, muchos planetas fueron poblados, pero tras siglos de aislamiento muchas de estas colonias se han abandonado a doctrinas religiosas contrarias a la Verdad Imperial, que proclama que no existen los dioses y tan solo se puede creer en la razón, la ciencia y, sobre todo, en una humanidad unida. Los disidentes no tienen cabida en este nuevo Imperio y, al igual que los alienígenas, para ellos solo existe una alternativa posible: la aniquilación. Tal contraste entre la ilustración que el Imperio predica a sus hermanos perdidos con la violencia que promete a quienes no estén dispuesto a unírseles es cuestionada por el Interex, una civilización humana descubierta por la Cruzada que coexiste con otras razas alienígenas. No obstante, pese a los denodados esfuerzos de los iteradores por repudiar toda religión, dentro de los elementos de la Gran Cruzada se está extendiendo un movimiento que pretende deificar la figura del Emperador.

sábado, 26 de marzo de 2022

Reseña: La Tempestad Del Segador (Malaz: El Libro de los Caídos VII)


He tardado un poco más de la cuenta en traer esta reseña, y es que hace ya varias semanas que terminé de leer esta séptima entrega de Malaz: El Libro de los Caídos, más que nada porque quería ver si era capaz de decir algo más sobre ella, pero creo que con lo que voy a contaros será suficiente para animaros a seguir con la saga.


En este volumen la acción se traslada al continente de Lether, y la trama continúa los acontecimientos de Mareas de Medianoche y Los Cazahuesos.  Si bien es cierto que al final de Los Cazahuesos ya vemos un choque entre las flotas malazana y tiste edur, no es hasta este volumen cuando realmente se estalla el verdadero conflict o. Erikson nos había ido dosificando las tramas diviéndolas en varios tomos e hilando muy fino las conexiones entre un volumen y otro. Sin embargo La Tempestad del Segador supone la mayor convergencia de tramas y personajes hasta el momento. El choque entre los letheri, tiste edur y malazanos, así como otras muchas tramas encuentran su inicio y su final en este séptimo volumen.


El worldbuilding sigue mejorando y manteniendo esa profunda complejidad. Se mantiene la narración en tercera persona saltando, indistintamente, de un personaje a otro, enriqueciendo la narración con una infinidad de puntos de vista de un mismo momento.


Pero vamos a lo que nos ocupa, y es que nos vamos a encontrar con varias facciones, diversos conflictos y, entre bambalinas, veremos como unos personajes van tirando y enhebrando diversos hilos. Tenemos, pues, un imperio sumido en el más absoluto caos, donde unos parecen gobernar,  mientras otros conspiran y hay unos pocos que invaden. La política y las batallas van jugar un papel transcendente en este volumen. La política de los altos cargos Letheri va a ser uno de los puntos calientes, las aspiraciones de la Consigna Libertad y los Patriotas, así como la inminente crisis económica desencadenará el caos en el seno del imperio. El emperador Rhulad Sengar, será separado de los suyos, sutilmente y poco a poco por su canciller Letheri, entretenido por los campeones Pero a estos conflictos hay que sumar la invasión Malazana, quienes anunciarán su llegada a fullero y maldito.


Luego, los personajes, todos y cada uno de ellos son una maravilla, tanto la evolución de los que ya conocemos, como de los nuevos pero, cómo es lógico, cada uno a su modo. El talento que ha desarrollado Erikson para crear personajes es prodigioso y sorprendente y creo que este libro recoge una de las mejores presentaciones de personajes que he visto en mucho tiempo como es la del mago malazano Pico, una presentación breve, pero que dice mucho y me emocionó otro tanto, un personaje singular como pocos me lo han parecido y que se crece especialmente en la adversidad. El contrapunto lo he encontrado en el letheri Tanal Yathvanar, desde el principio resulta despreciable, con un pensamiento déspota, y totalmente narcisista; claro reflejo de la sociedad Letheri. Si a esto sumamos la habilidad con la que Erikson me ha hecho cambiar de parecer sobre otros personajes a lo largo de su evolución en la trama hace que estemos ante uno de los autores más brillantes del momento, y es que me ha llevado de la incapacidad de empatizar con ese personaje a que termine dándome toda la pena, y eso sólo dándonos apenas unas pocas páginas sobre su punto de vista.  


Pero si en algo es experto Erikson es en rompernos el corazón de manera brutal, desmedida y sin mostrar la menor piedad o remordimiento. No le tiembla el pulso a la hora de plagar las páginas de luchas, sufrimientos, dudas, muerte y reflexiones filosóficas de todo tipo. La cantidad de batallas y escaramuzas que vemos aquí es enorme, lo cual hace que la narración tenga un ritmo rápido, saltando de un personaje a otro en la misma escena nos da las diversas perspectivas de una misma batalla y nos mantiene pegados a las páginas para ver qué pasará a continuación (en más de un momento he tenido que dejar leer de mala gana porque se me hacía la hora). Convergen muchísimos personajes anteriores y se añaden otros tantos más. 


Una cosa especialmente disfrutable es la cantidad de temas sobre los que reflexiona tales como: la religión, la raza, el feminismo, la economía, y, cómo no, la muerte y el sufrimiento. Todos estos elementos nos lleva a la conclusión de que la naturaleza humana no cambia, sin importar el tiempo, la época o el mundo.

@Way2themes

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