sábado, 26 de marzo de 2022

Reseña: La Tempestad Del Segador (Malaz: El Libro de los Caídos VII)


He tardado un poco más de la cuenta en traer esta reseña, y es que hace ya varias semanas que terminé de leer esta séptima entrega de Malaz: El Libro de los Caídos, más que nada porque quería ver si era capaz de decir algo más sobre ella, pero creo que con lo que voy a contaros será suficiente para animaros a seguir con la saga.


En este volumen la acción se traslada al continente de Lether, y la trama continúa los acontecimientos de Mareas de Medianoche y Los Cazahuesos.  Si bien es cierto que al final de Los Cazahuesos ya vemos un choque entre las flotas malazana y tiste edur, no es hasta este volumen cuando realmente se estalla el verdadero conflict o. Erikson nos había ido dosificando las tramas diviéndolas en varios tomos e hilando muy fino las conexiones entre un volumen y otro. Sin embargo La Tempestad del Segador supone la mayor convergencia de tramas y personajes hasta el momento. El choque entre los letheri, tiste edur y malazanos, así como otras muchas tramas encuentran su inicio y su final en este séptimo volumen.


El worldbuilding sigue mejorando y manteniendo esa profunda complejidad. Se mantiene la narración en tercera persona saltando, indistintamente, de un personaje a otro, enriqueciendo la narración con una infinidad de puntos de vista de un mismo momento.


Pero vamos a lo que nos ocupa, y es que nos vamos a encontrar con varias facciones, diversos conflictos y, entre bambalinas, veremos como unos personajes van tirando y enhebrando diversos hilos. Tenemos, pues, un imperio sumido en el más absoluto caos, donde unos parecen gobernar,  mientras otros conspiran y hay unos pocos que invaden. La política y las batallas van jugar un papel transcendente en este volumen. La política de los altos cargos Letheri va a ser uno de los puntos calientes, las aspiraciones de la Consigna Libertad y los Patriotas, así como la inminente crisis económica desencadenará el caos en el seno del imperio. El emperador Rhulad Sengar, será separado de los suyos, sutilmente y poco a poco por su canciller Letheri, entretenido por los campeones Pero a estos conflictos hay que sumar la invasión Malazana, quienes anunciarán su llegada a fullero y maldito.


Luego, los personajes, todos y cada uno de ellos son una maravilla, tanto la evolución de los que ya conocemos, como de los nuevos pero, cómo es lógico, cada uno a su modo. El talento que ha desarrollado Erikson para crear personajes es prodigioso y sorprendente y creo que este libro recoge una de las mejores presentaciones de personajes que he visto en mucho tiempo como es la del mago malazano Pico, una presentación breve, pero que dice mucho y me emocionó otro tanto, un personaje singular como pocos me lo han parecido y que se crece especialmente en la adversidad. El contrapunto lo he encontrado en el letheri Tanal Yathvanar, desde el principio resulta despreciable, con un pensamiento déspota, y totalmente narcisista; claro reflejo de la sociedad Letheri. Si a esto sumamos la habilidad con la que Erikson me ha hecho cambiar de parecer sobre otros personajes a lo largo de su evolución en la trama hace que estemos ante uno de los autores más brillantes del momento, y es que me ha llevado de la incapacidad de empatizar con ese personaje a que termine dándome toda la pena, y eso sólo dándonos apenas unas pocas páginas sobre su punto de vista.  


Pero si en algo es experto Erikson es en rompernos el corazón de manera brutal, desmedida y sin mostrar la menor piedad o remordimiento. No le tiembla el pulso a la hora de plagar las páginas de luchas, sufrimientos, dudas, muerte y reflexiones filosóficas de todo tipo. La cantidad de batallas y escaramuzas que vemos aquí es enorme, lo cual hace que la narración tenga un ritmo rápido, saltando de un personaje a otro en la misma escena nos da las diversas perspectivas de una misma batalla y nos mantiene pegados a las páginas para ver qué pasará a continuación (en más de un momento he tenido que dejar leer de mala gana porque se me hacía la hora). Convergen muchísimos personajes anteriores y se añaden otros tantos más. 


Una cosa especialmente disfrutable es la cantidad de temas sobre los que reflexiona tales como: la religión, la raza, el feminismo, la economía, y, cómo no, la muerte y el sufrimiento. Todos estos elementos nos lleva a la conclusión de que la naturaleza humana no cambia, sin importar el tiempo, la época o el mundo.

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