
Y con este ejemplar Sanderson pone el broche final la Primera Era de Nacidos de la Brumaque tanto me ha gustado. La trama nos sitúa un año después de los
acontecimientos narrados en el pozo de la ascensión. Elend y Vin, ahora
emperadores, siguen buscando las cámaras de provisiones que dejó el Lord
Legislador en las ciudades más importantes del Imperio. Pero no solo buscan las
provisiones, buscan la clave para derrotar a la fuerza que fue liberada en el
Pozo de la Ascensión, el Atium.
Conforme nos adentramos en la trama, y como ya sucedía en
sus predecesores, nos vamos encontrando al principio de cada capítulo una…
historia o explicación que tiene una gran transcendencia en la historia. En
esta ocasión, y gracias a lo que ya sabemos previamente, nos ayudará a ir
desgranando un poco la trama y a hacer nuestras propias suposiciones antes de
que realmente se resuelvan ciertos aspectos. Esto podría dar lugar a pensar que
la trama es predecible, pero no llega a tanto ya que ni por asomo había previsto
el desenlace. Simplemente nos encontramos suponiendo ciertas cosas que con lo
que sabemos previamente de la alomancia, ferruquimia y hemalurgia vamos
suponiendo. Con esto Sanderson consigue dar una lógica explicación a los hechos
que acontecen dejando la trama bien cerrada.
En cuanto a las peleas se mantienen a la altura de los
anteriores. Quizá las finales son las más llamativas y espectaculares. Aunque
lo cierto es que este ejemplar me ha parecido que habían menos batallas.
Sin embargo lo que no hemos tenido en peleas Sanderson nos
lo ha dado de personajes. Profundizamos más en personajes secundarios haciendo que
las tramas secundarias, pero no por ello menos importantes, más absorbentes. La
trama de Fantasma es bastante emocionante. A la de Marsh pienso que se le
podría haber sacado más jugo, ya que considero a este personaje un enigma
andante. Por otra parte en los personajes principales no profundiza mucho, Vin
y Elend apenas sufren un cambio o evolución a lo largo de este libro. Si bien
es cierto que siguen con sus eternos debates internos sobre si ser o no ser, y
en cierta medida algunas cosas se aclaran, pero no todo lo bien que cabría
esperar.
También nos adentra
en el profundo, y hasta ahora misterioso, mundo de los Kandra. Y es que el pueblo
Kandra es una de las cosas que encuentro más originales en esta saga. En el
primer libro apenas sabemos nada de ellos y en el segundo ya se nos va contando
alguna que otra cosa sobre ellos, pero siempre sin indagar demasiado.
Otro aspecto destacable son las localizaciones. En los dos
volúmenes anteriores nos encontramos con que la acción principal transcurría en Luthadel que eran escasas las escenas en las que nos alejábamos de dicha
ciudad. Sin embargo, en esta ocasión nos desplazaremos por localizaciones
completamente distintas. El autor nos dibuja a base de letras unas ciudades y
escenarios bastante peculiares; pasando de fortalezas naturales a otras más
venecianas en las que los canales se han visto drenados.
Por último destacar la importancia que tiene la religión, y
que es un tema marcado en las novelas de Sanderson. El equilibrio y lucha que
mantienen Ruina y Conservación se desarrolla de manera muy fluida y bien encarrilada.
En general la saga tiene una trama bien hilada, aunque en
algunas partes puede flojear un poco lo compensa con creces en otras en las que
hay mucha emoción. Recalcar el original sistema de poderes, no solo la
alomancia es importante sino también la ferruquimia y la hemalurgia juegan un
papel trascendental. Los personajes mantienen demasiado tiempo las mismas dudas
a lo largo de la historia aunque sí vemos una evolución esta me parece
demasiado lenta. Pero en conjunto es una obra que recomiendo pues resulta renovadora
en su género y muy entretenida.
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