lunes, 23 de agosto de 2021

Reseña: Víbora


Sapkowski vuelve a deleitarnos con su prosa en esta novela corta. Publicada originalmente bajo el título de Zmija o lo que en español viene a ser "Víbora", y donde la traducción viene de la mano de José María Faraldo, como ya venia siendo costumbre con el resto de obras del autor. Una novela corta de apenas 210 páginas, y publicada en España por primera vez bajo el sello Artifex en 2013, en 2020 Alamut rescató la novela y la lanzó en una edición en tapa dura con portada a cargo del ilustrador Alejandro Colucci (el mismo artista encargado de las ilustraciones de la edición de coleccionista de Geralt de Rivia que verá la luz en los próximos meses).


Portada de 2013 por Alejandro Colucci
Portada de 2013 por Alejandro Colucci
La historia nos sitúa en la guerra de la Unión Soviética contra los Afganos allá por el año 1979, los primeros entraron en el país afgano con la excusa de ayudar al gobierno socialista, incapaces de derrotar a los muyahidines ansiosos de imitar el éxito de la revolución islamista en Irán. Como resultado tenemos una novela corta plagada de acción, pues nos meternos en la piel de un soldado ruso con ascendencia polaca destinado en Afganistán. Cómo ya os podéis ir imaginando, se trata de una novela de corte bélico, con toques históricos y un elemento fantástico introducido de manera sutil y soberbia. Sin embargo, antes de continuar, me gustaría puntualizar que en esta novela encontraremos mucho vocabulario armamentístico y militar, no obstante la edición incluye un glosario al final para ayudar al lector con la jerga empleada por los personajes, así mismo también veremos en su argot conceptos provenientes tanto del ruso como del árabe.

Pero el recorrido histórico es más amplio gracias al elemento fanático. De esta manera Sapkowski nos lleva desde la época de Alejandro Magno hasta el desastroso intento de ocupación británico en 1842. Sin embargo y aunque la historia aúna varias líneas temporales (históricamente hablando) la ambientación real es más contemporánea ya que principalmente se sitúa en la guerra afgano soviética del 1978 a 1992, todo ello mezclado con ironía y la fantasía tan propia Sapkowski. Como digo, la ambientación es uno de sus puntos fuertes, la descripción de las situaciones es magistral para profundizar y mezclarse con el entorno, absorbiendo al lector.

La prosa sigue siendo, esa a la que Sapkowski nos tiene acostumbrados. Las descripciones tanto de las armas como de los vehículos están cargadas de detalles. Las conversaciones son entretenidas y, como siempre, el humor negro tan característico de Sapkowski y su critica social impregnan toda la obra, regalándonos personajes sacados de todos los estratos sociales. Como resultado tenemos un trabajo filosófico y moral sobre la guerra. Y es que pese a que encontraremos dos bandos, no hay buenos ni malos, los soviéticos harán lo que puedan para sobrevivir en una tierra hostil, no sólo por el clima, si no por la población autóctona, y es que nadie es lo que parece y eso quedará patente desde el principio.

Puede que no sea su obra más destacada, pero Sapkowski deja nuevamente fluir su estilo y su capacidad para evocar empatía por héroes nada idílicos, y es que el objetivo no es narrar una trágica historia de guerra medianamente realista, aunque tiene todos elementos necesarios para ello, sino una oportunidad de sumergirnos, sin un sólo momento para coger aliento, en el horror inhumano y a la vez banal de la guerra. Nos enseña en primera persona cómo el horror del hombre comiendo atrocidades sobre sus semejantes no ha cambiado a lo largo de los siglos. Al mismo tiempo pretende demostrar la nobleza del carácter y la capacidad de ayudar a otros, el compañerismo entre camaradas, mientras despliega ante sí una agria critica social.

El elemento fantástico aflora bien entrada la trama y llega al protagonista de manera sutil, y de una forma un tanto inesperada, ya que en esta ocasión Sapkowski se aleja mucho de los elementos de fantasía a los que tiene acostumbrados. Sus habituales alusiones a la mitología celta que encontrábamos en Geralt de Rivia desaparecen. En su lugar apela directamente a la mitología griega y a sus mitos sobre la creación del mundo, demostrando un profundo conocimiento de la misma. Pero el objetivo primordial del autor no es desarrollar este elemento, sino usarlo para enseñarnos las múltiples facetas de la guerra desde tiempos remotos, insertándonos pasajes más cortos ambientados durante los conflictos más antiguos que han hoyado esa tierra, como la ambiciosa expansión de Alejandro Magno hacia la India , pero siempre dejando claro que el horror de la guerra es universal y que la mancha que deja en alma de los soldados que la combaten es imperecedera.

Estamos así ante una obra que, aunque soporta el elemento fantástico. Éste queda relegado a un segundo plano, pues realmente lo que tenemos delante es una obra bélica de profundo calado con toques psicológicos y filosóficos, así como una manera de hacer critica social. Con un trabajo de documentación y ambientación tan grande que quita el aliento, con humor muy negro y altamente deprimente, y con un final cruel, descarnado y terriblemente descorazonador. No es una lectura ligera, ni tampoco para pusilánimes. 


2 comentarios:

  1. La verdad es que no conocía esta obra del autor, solo conocía su saga Geralt de Rivia. Pero por lo que pude leer de tu reseña esta es una obra que seguramente me encantara, un poco de mitología griega junto al arte y las consecuencias de la guerra sin mucha censura para mi es una combinación que no se debe pasar de largo. Me anoto el libro para poder leerlo en alguna ocasión!!

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  2. Muchísimas gracias Cristian, por tu comentario, me alegro muchísimo de poder aportar un título que quieras leer, y me anima mucho más para seguir haciendo reseñas.

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